Después de varios años haciendo taichí, y de responder a las misma preguntas varias veces (¿pero aprendes algo nuevo?¿aún no lo sabes todo?¿de qué sirve?¿realmente te relaja?) la respuesta, sigue siendo la misma.
Cada día es diferente del anterior. Cada vez, es diferente de la anterior.
Aún siendo la misma secuencia de movimientos, yo soy diferente con respecto a la vez anterior que lo practiqué, luego es diferente.
Y cada día me sorprenden cosas nuevas, porque yo voy creciendo según sigo practicando los movimientos. Con los años, notas cosas, que antes pasaban desapercibidas.
Pero al final, al final, la única respuesta es que me da igual lo que piensen los demás.
Es el momento que me dedico a mí, para estar a gusto conmigo mismo. Ni hay jefes. No hay clientes. No hay pareja. No hay niños. ES MI TIEMPO.